
La Programación Neurolingüística parte de los fundamentos del constructivismo, en los que se define la realidad como una invención y no como un descubrimiento. Es un constructo psíquico basado en el hecho de que el ser humano no opera directamente sobre el mundo en que vive, sino que lo hace a través de representaciones, modelos, mapas, entre otros, a partir de los cuales genera y guía su conducta.
Estas representaciones, que también determinan cómo se percibirá el mundo y qué elecciones se percibirán como posibles en él, difieren necesariamente de la realidad a la cual representan. Debido a que el ser humano al comunicar su representación del mundo tiene ciertas limitaciones, las cuales se derivan de diversas fuentes tales como, de las condiciones neurológicas del individuo, de la situación social en que vive y de sus características personales (Jaruffe y Pomares, 2011).
